viernes, 30 de agosto de 2013

Amores que matan

Lo único que hacemos es volver en silencio hasta mi habitación.Allí nos pegamos mucho rato, quizás demasiado. Simplemente abrazados en esa silenciosa habitación del hospital. Minutos, quizás horas, no lo se, pero se me hace cortísimo. Al final la puerta se abre y nos vemos obligados a separarnos rápidamente. Es el médico,otra vez, y Daniel se aparta de mi y se sienta en la silla mucho antes de que él pueda intuir nada. Levanta la mirada de los papeles que lleva en la mano y por fin la dirige hacia nosotros. Miro a Daniel durante un instante y veo como una rápida sonrisa cruza su cara.
-Bueno,Sandra, acabo de leer tu informe y me alegra comunicarte que todo ha salido perfectamente. La prueba que te hicimos esta mañana muestra que la operación ha salido genial y, por tanto, deberías ser capaz de hablar, aunque quizás haya que esperar unos días.Intenta no forzarlo, ¿ vale ?-
Le miro durante un momento y al final, acabo sorprendiéndome a mi mismo riendo. Él me mira sorprendido y gira ligeramente la cabeza. Trago saliva y,tras un pequeño esfuerzo, hablo otra vez.
- Ya puedo hablar bastante bien,doctor-Le digo con una sonrisa en los labios.
-Eso está muy bien,Sandra. No tienes nada de lo que preocuparte, tu laringe está perfectamente y puedes hacer vida normal,aunque intenta no forzarlo demasiado. No hables demasiado,ve poco a poco.- Me dice alegremente, antes de volver a dirigir la mirada al papel.
- Bien, una cosa más. ¿ Ha venido la enfermera para darte la medicación?-
-Sí, vino hace media hora más o menos-Le respondo con la mirada puesta en Daniel.
-Entonces os dejo solos- Responde con una sonrisa mientras dirige una mirada furtiva a Daniel, que se sonroja en cuanto la capta.
Al momento la puerta vuelve a cerrarse y me encuentro otra vez sola, únicamente acompañada por la mirada de aquel chico que parece hacer que todo lo demás no importe. Y miro esos ojos azules y me parece que nunca podría llegar a cansarme de mirarlos. Que quiero que sean lo primero que vea al despertar y lo último que me mire al irme a dormir.
Miro el reloj y me doy cuenta de que es realmente tarde.
-Una pregunta,¿ cuándo piensas irte a casa, chico malo? Seguro que tus padre están preocupados- Le digo con una sonrisa que crece al ver la cara de preocupación que él pone al oír mis palabras.
Se pone nervioso y se acaricia la nuca con la palma de la mano. Me mira, mira la pared,el suelo.Su mirada se posa en todos los rincones de la habitación de manera nerviosa.
-Mierda, no había pensado en eso- Responde rápidamente al tiempo  que saca el móvil del bolsillo y lo enciende.
Su cara va cambiando con cada pitido del teléfono hasta que,tras unos veinte pitidos, parece que acaba de despertar de una pesadilla. Incluso empieza a morderse las uñas. 
- Mmmm por tu cara diría que tienes unas veinte llamadas perdidas de tu madre y unos diez mensajes de tu padre - Le digo divertida. 
Como si no me oyese, sigue mirando absorto la pantalla del teléfono. De repente, como si despertase de repente, gira rápidamente la cabeza hacia mi y consigue que me asuste un poco.
- Tengo que irme ahora mismo si no quiero que mi madre me encierre en mi habitación hasta el día de la graduación- Me dice con una mezcla de prisa,preocupación y diversión-
Una sonrisa nerviosa se dibuja en su cara y se queda sentado mirándome con cara de súplica.Se muerde el labio.
-Anda,vete.- Le digo con una gran sonrisa al tiempo que le pego en el brazo.
Se levanta como un rayo y se mueve hasta la cama donde estoy sentada. Me da un rápido beso en la mejilla y se dirige hasta la puerta.
- ¡ Oye ! - Le digo justo antes de que cierre la puerta. La vuelve a abrir y me mira- Si mañana sigues vivo...¿ Me mandarás un mensaje o algo....?- Le pregunto tímidamente.
Al momento me arrepiento de haber dicho eso y me sonrojo. Acabo de conocerle, acabamos de de empezar de nuevo y apenas sé quien es y ya estoy pidiéndole que me llame como una novia controladora. Y ni siquiera somos novios,¿ o sí?. Mierda ¿ Qué somos realmente? Bueno, ya habrá tiempo para hablar sobre eso.

Lo miro tímidamente para ver cómo le ha afectado lo que he dicho. Para mi sorpresa, está sonriendo y me mira con dulzura. Procuro que no se note que me he puesto nerviosa.
-Te prometo que vas a ser la primera persona con la que hablaré mañana al despertarme y la última en la que pensaré cuando me vaya a dormir. Buenas noches Sandra-  Me dice desde la puerta y, al instante, ya la ha cerrado y se ha ido, dejándome sola en la habitación con una extraña sensación y la mente en blanco.
No pienso en nada y mi mirada se pierde en la pared hasta que llega la enfermera y me hace una pregunta.
-¿ Por qué estás sonriendo?-

Al día siguiente es mi madre la que me despierta con unos golpecitos en la puerta. Ella y mi padre entran en la habitación y se quedan conmigo mientras desayuno. Me duele un poco al tragar, pero lo disimulo y consigo acabar la comida. Charlamos durante un rato de mil y un cosas, pero me doy cuenta de que todos procuramos evitar el tema de Leo. Cuando consigo hacer que se vayan un rato a casa para que descansen, camino otra vez hasta la habitación de mi hermano. Ya es la tercera vez, sí, la tercera, porque resulta que hace unas horas, en plena madrugada, también he estado allí. No podía dormir pensando en él, no podía dormirme sin hablar con él y agarrarle la mano una vez más para darle fuerzas,para animarle a seguir luchando. Y allí habre pasado por lo menos una hora, entre sollozos y susurros, hablando con él sobre lo mucho que lo quiero y recordándo cosas de nuestra infancia. Luego, de puntillas, he vuelto a la habitación. Nadie ha notado mi ausencia y , al volver a la cama, me he notado mucho más tranquila. Me he tumbado en la cama y el sueño me ha llevado consigo.

Y aquí estoy de nuevo, arrodillada junto a su cama mirando su cara, que rebosa tranquilidad.
Ojalá hiciese algo, algo que aumentase mi esperanza, un ligero movimiento,algo. 
-Hola enano. Ya vez que te hecho tanto de menos que no puedo aguantar ni cuatro horas sin hablar contigo,asi que aquí estoy. Solo quería decirte que me enterado de que los exámenes empiezan dentro de dos meses, asi que date prisa y despiertate para entonces, que sino no te dará para pasar de curso, ¿vale?. Y bueno, solo decirte que te quiero un montón y que estoy segura de que estas luchando con todas tus fuerzas, que estás deseando volver con nosotros. Todos te echamos de menos y creeme cuando te digo que eres una persona estupenda y que me alegro un montón de ser tu hermana...- Me interrumpo cuando alguien abre la puerta.
Me doy la vuelta lentamente y veo una silueta situada en la puerta,inmovil. La luz le ilumina y, al instante, lo reconozco. Lucas. El corazón se me acelera al instante y siento ganas de vomitar. ¿ Qué hace aquí? ¿ Cómo puede venir a verme después de todo lo que ha pasado? No me puedo creer que tenga la poca verguenza de haber venido. Y encima sonríe. Su cara está adornada por una sonrisa tenebrosa que hace que me tiemble el cuerpo. Me repugna mirarle,pero no aparto la mirada. 
- Sandra, en cuanto me he enterado de lo que te ha pasado he venido a verte. ¿ Qué tal estás?- Me dice con un tono que pretende mostrar preocupación.
-Estoy perfectamente, Lucas. No deberías haber venido. Me parece que en el pueblo lo dejé todo claro.- Le digo con desdén al tiempo que lanzo una rápida mirada a Leo.
Él se muestra ofendido y vuelve a sonreir de manera trémula. Da un paso al frente y se situa frente a la cama. 
- ¿ No deberías estar agradecida? He recorrido muchos kilómetros para llegar hasta aquí. Anda, por lo menos dime que me agradeces el esfuerzo- 
- No te debo nada y no te daré las gracias por nada. Aún no entiendo para qué has venido cuando está bien claro que no quiero saber nada de ti- Le echo en cara mientras lo miro con rabia y asco.-Me parece que quedó bastante claro que tu y yo ya no somos amigos ni somos nada.-
- Venga ya, Sandra. Tu y yo hemos sido amigos desde pequeños y hemos compartido de todo...Incluso más que palabras- Añade con una sonrisita burlona.
Me trago la bilis que me sube a la garganta y lo miro con repulsión. Aprieto los dientes y reprimo el impulso de partirle la cara de un puñetazo.
-¿ Para que coño has venido ?- Me limito a decir con asco.
- A verte a ti, claro está.-Comienzo a decir como si fuese la cosa mas obvia del mundo. -Bueno...La verdad es que no he venido solo para eso.-
Se mueve otra vez hacia la puerta al tiempo que habla y, antes de que me de cuenta,la cierra no sin antes mirar hacia el pasillo con cautela.
Comienzo a ponerme nerviosa y me tenso. Me coloco delante de Leo y lo miro con dureza.
- He venido porque tengo un par de cosillas pendientes. Resulta que me he dado cuenta de que todo lo que me dijiste en el pueblo, no podías haberlo averiguado tú sola. Tenía que habertelo contado alguien. En cuanto me puse a pensar un poco me dí cuenta de que el único que podía saber todo eso y el único que podía habertelo rebelado, era tu hermano Leo.-Dice mientras mira a Leo con lo que parece ser asco.

- Ese cabrón había jodido mis planes y había hecho que tanto tú como Ana os enfadaseis conmigo. ¡ Con lo bien que me iba todo teniendo no a una,sino a dos chicas para mi ! - Comenta en tono melodramático - Ahora, Sandra, todo el mundo piensa que soy un cabrón y nadie se acerca mi. Todo el mundo me odia porque tu hermano no supo mantener la boca cerrada- Grita con furia.
Comienzo a tener miedo pero me mantengo en mi sitio y no me alejo de mi hermano, que yace dormido sin enterarse de nada.
-Tu hermano siempre me había caido mal, pero ahora que había visto que no era capaz de mantener  un puto secreto,me caía aún peor,asi que decidí que alguien tenía que darle mmm....Un escarmiento. Si él había hecho que yo lo perdiese todo, pues yo también le quitaría algo muy importante- Termina diciendo con un tono aterrador y mirándome con una sonrisa burlona.
Comienzo a entenderlo todo mientras miro su sonrisa,que crece al ver mi cara. Todos mis temores y mis suposiciones, todo era cierto.
-Asi que decidí que lo mejor que podía quitarle,era la vida- Suelta con una gran sonrisa.
Ahora no puedo evitar tensarme del todo y me acerco más a Leo. Extiendo los brazos en señal de protección y miro a Lucas.
-Fuiste tú. ¿ Cómo pudiste hacerlo ? Ni siquiera era el coche de mi hermano. ¡ Era el coche de un chico al que ni siquiera conoces ! - Le grito desesperada mientras comienzo a llorar.
Eso no hace que se borre su sonrisa y sigue hablando.
- Muy fácil. Ese chico se acercó a mí preguntando por tí y parecía desesperado. Sabía que no podía hacerle nada a Leo estando tan lejos, pero supuse que ese chico era muy importante para tí, asi que pensé que si le hacía daño a él, tú te hundirías, y eso hundiría a tu hermano. Una simple reacción en cadena. Tan simple como cortar un par de cables y quitar un par de tornillos del coche- Explica con una sonrisa de placer.

Mi cara debe de ser un cuadro,porque cada vez que me mira se ríe aún mas. Algo de mí quiere saltar encima suya y golpearle hasta que pierda el conocimiento, pero no solo estoy enfadada,sino también asustada. Tiemblo como una hoja y no termino de asimilar su confesión.
- Pero ahora- Prosigue Lucas - Se me ha concedido la oportunidad de llevar a cabo lo que tenía pensado. Me dijeron lo que había ocurrido, el accidente con vuestro coche, y no me podía creer que hubiese tenido tanta suerte. Aun así me dijeron que tu hermano y toda tu familia habíais sobrevivido, asi que he venido a hacerte una visitita.-
- Si lo que querías era comprovar que tu plan ha salido mejor de lo que pensabas, ya lo has visto. Ya puedes irte tranquilo- Le digo desafiante.
Para mi sorpresa comienza a reir con fuerza y se lleva una mano a la tripa. Cuando la risa cesa, sigue hablando.
-Me parece que no lo has entendido. He venido aquí porque se me ofrece la oportunidad de terminar lo que empecé, de cumplir mi promesa. Vengo a quitarle a tu hermano algo mucho más preciado, algo que todavía, asombrosamente, conserva tras el accidente.
Apenas me da tiempo a asimilar sus palabras. De repente, al mirar sus ojos y ver el odio y la venganza escritos en sus ojos verdes, me doy cuenta de lo que quiere hacer. Grito con todas mis fuerzas e intento detenerlo abalanzándome sobre él,pero es inutil. Noto un fuerte golpe en el costado  pero consigo agarrarme a su brazo y tiro de él para detenerlo. Aun así él consigue avanzar lentamente. Le doy un mordisco en el brazo con todas msi fuerza y entonces se gira hacia mí y me golpea en la cabeza. Un golpe seco que me tira al suelo y hace que se me nuble la vista. Desde el suelo observo,impotente, como se dirige hacia la cama de Leo, que se mantiene allí,inmovil, sin saber lo que está ocurriendo y sin poder huir. Intento levantarme pero no puedo y me caigo al suelo. La vista se me nubla más y más, pero aún alcanzo a ver algo.
Veo a Lucas tendido sobre mi hermano, agarrándolo por el cuello con ambas manos y apretando con fuerza. Veo como comienza a estrangularlo y, tras proferir un último grito de auxilio, me desmayo.